La reconfortante espontaneidad del Ser

Es un espacio íntimo pero sin secretos en donde el ser se permite la espontaneidad de mostrarse tal cual es.

Este espacio de contención dentro de las clases y después un eco permanece como reasegurándote que siempre puedes volver a sentir, a ser.

Aquello que te permitiste ser encima de un rodillo, aplastada en la moqueta aguantando tu propio peso sin la esperanza de ser mejor, sólo siendo contundente y en comunión con todos los otros. Ser humano, cuerpo.

Encontrándote en las palabras de otro al lado tuyo, revisitando un cuerpo tuyo solo en este tiempo. Han pasado tres años y no han vuelto a ocurrir las crisis espasmódicas que me dejaban sin aliento con miedo de que volviese a ocurrir en público otra vez. Había aprendido a controlarlas tanto que podía aguantar hasta dos días antes de explotar.

Esta práctica me ha hecho libre y sigo libre del miedo, de la vergüenza, de la falta de control. Esta práctica me dio algo que nunca sentí que me perteneciese: la normalidad. Y sólo puedo decir gracias. Gracias Jorge, gracias compañeros, a Guillermo, a Gloria.

S.E., marzo 2016