Un territorio nuevo y relación con la Tierra

La práctica me ha enseñado a no huir del dolor. Aprendo a observarlo, respirarlo, darle un espacio, así consigo algo fundamental que es no reaccionar, no huir, no bloquear.

No intento acallarlo, ni intento evitarlo. La voz de Jorge me invita a probar y experimentar. Sus indicaciones y preguntas me ayudan a transitar un territorio nuevo para mí.

Este fin de semana de diciembre de 2017 siguió el proceso. Muchas veces Jorge me ha invitado a que me levante del suelo. Esta vez sentí un AMOR inmenso hacia la Tierra que me acoge y dudo en levantarme, estoy tan bien allí. Y siento un dolor igual de inmenso en la separación. Y Jorge vuelve a acompañarme para que me levante y yo siento seguridad también en la acción y su fuerza es la mía y consigo ponerme de pie y observo. Ahora escucho y las palabras van al corazón, no puedo recordar de manera mental cuáles fueron sus palabras pero yo las escuchaba y comprendía.

De vuelta a casa en el tren, después del primer día de experimentos leo el libro de Gora. En el capítulo de formación (pág. 28 a 34), el autor comenta su relación con Gora y su experiencia de «haber sido abandonado». Este capítulo resonó con fuerza y lo sentí igual que una conversación mantenida entre mi alma y el alma de mi maestra de vida, mi madre.

Tuve la oportunidad de comentar en el grupo todo lo acontecido y compartir la emoción, entusiasmo, sobrecogimiento. Jorge me devolvió riqueza con sus acertados comentarios.

Compartimos vivencias igual de maravillosas y enriquecedoras el sábado. ¡Qué intensidad! Todo tenía un sentido, todo era un nuevo descubrimiento. ¡Qué alegría respirábamos!

Para mí el broche final fueron las práctias hechas de pie el domingo. Primero experimentar en uno mismo y después compartir con otro. Qué sorpresa y qué conmovedor fue darme cuenta de que podía sentir el mismo cuidado y amor que experimentaba en relación con la Tierra, estando de pie. La unión a otro Ser: sentirse cuidada, amada, guiada, juguetona, aceptada.

Gracias a mis compañeras y compañeros, somos muy afortunados.

Muchas gracias, Jorge.

MC.R., diciembre 2017