Se reequilibra mi cuerpo, se reequilibra mi mente, se reequilibra mi alma

Acabo de salir de una de las clases de potencial a las que acudo semanalmente con Jorge. Es muy difícil expresar con palabras lo que siento, es una experiencia difícil de explicar.

Igual que muchos se alegran de que sea fin de semana, yo siento algo especial por los martes, los martes es un día que termina de forma especial, con la clase de potencial.

Hoy, después de una semana bastante dura, tanto a nivel físico como emocional, puedo empezar a describir lo que significa para mí el trabajo con el potencial corporal.

Con unos simples estímulos, con la voz de Jorge como guía para centrar tu atención en tí mismo, se va produciendo una autorregulación. El poder de la atención, de la conciencia plena, desplegada, con toda tu atención en lo que estás haciendo, en los pequeños movimientos y presiones, … en tu respiración… hace que el hecho de mover la pierna, el brazo,… pueda tener una gran resonancia, un gran impacto en ti.

Hoy este trabajo ha conseguido que me olvida totalmente de los pensamientos negativos que me perseguían desde hace unos días, de los miedos, de las tensiones, del estrés… Todas esas sensaciones han dejado paso a una calma, a una paz interior, que en estos instantes todavía permanece en mí. La calma con que iba realizando los movimientos ha penetrado en mis pensamientos y en mis emociones, que ahora mismo todavía permanecen en calma, en sosiego.

El potencial corporal actúa de forma global en uno mismo. Aunque no se trabaje una zona del cuerpo, los pequeños estímulos en otra zona pueden irradiar de forma positiva a esa zona. Cuando termino la mayoría de sesiones de potencial, en el proceso de ponerme de pie de forma consciente, aunque no haya trabajado directamente en la rodilla, mi rodilla lesionada, casi siempre cruje y se recoloca. Es como si el resto del cuerpo la estuviera ayudando a recolocarse, resulta un trabajo muy sistémico para el organismo.

Lo único que se me ocurre, es agradecer a Jorge por su dedicación a sacar el potencial que cada uno llevamos dentro, y que puede llegar a ser tan positivo y significativo para las personas. Para mí significa un reencuentro conmigo misma, una vuelta a la naturalidad, al redescubrimiento de qué quiero y qué no quiero en mi vida, y cómo quiero ser y estar, y es así como cuando salgo de una clase de potencial corporal cuando soy más yo, es con este trabajo con el que me encuentro con la más pura esencia de mi ser: se reequilibra mi cuerpo, se reequilibra mi mente, mis pensamientos, y se reequilibra mi alma, mis emociones.

Ojalá que estos sentimientos, estas emociones, perduren en mí el máximo tiempo posible. Y si no… siempre me queda el próximo martes.

Gracias Jorge, por hacernos descubrir nuestro potencial corporal.

Gracias también a todo el grupo, en especial a Luisa, Toni y Silvia porque vuestros abrazos cada martes están llenos de autenticidad, cariño, ternura… y en estos momentos, difíciles para mí, me dan mucha fuerza y energía para seguir adelante.