El impulso que necesitaba para atreverme a dar clases

Jorge Ramón es un maestro, un meditador y un creador que sabe conjugar sus profundos conocimientos de la anatomía humana con una inmensa sensibilidad. Además es un alma inquieta en busca de quietud y me atrevo a decir que por todo ello, sus propuestas de trabajo corporal, trascienden lo corporal. Porque no solo las prácticas están bien inspiradas, sino que el trabajo se basa y se centra en una presencia continua. El lenguaje está bien estudiado porque cada palabra es parte de una metodología donde no se “ejercita” sino que se explora.

Cuando conocí a Jorge Ramón llevaba varios años practicando yoga, me había formado como instructora y, sin embargo, no me decidía a dar clases. La enseñanza del yoga me planteaba varios dilemas: por una parte, me había lesionado practicándola y tenía mis dudas sobre el interés –desde el punto de vida anatómico– de ciertas asanas. Por otro lado, me incomodaba sentir cierta exigencia a llevar una vida “yóguica”, cuando en realidad no seguía un linaje concreto ni a ningún gurú.

Empezar a practicar los Estiramientos de Cadenas Musculares® fue la respuesta favorable a ambas inquietudes y el impulso que necesité para atreverme a dar clases. Continuar practicando y explorando a través del Trabajo con el Potencial Corporal® ha sido otra gran inspiración.

Permitir, ir permitiendo la apertura del cuerpo a la existencia, a la vida tal como es, es el gran regalo: estar en presente habitando el cuerpo. Y esto es lo que hemos aprendido y practicamos con Jorge. Y lo que estamos transmitiendo a nuestros alumnos.

B. R.

Deja un comentario